El tiempo es una gran amenaza cuando realizamos cualquier tipo de trabajo. Cumplir con los plazos acordados con el cliente es nuestro mayor desafío, tanto, que a veces olvidamos la importancia de hacer las cosas bien, por miedo a vernos apretados por las horas y los días.
En la búsqueda de llegar a tiempo con la obra, muchos operadores apuran algunos procesos de soldadura sin saber que están cometiendo un gran error que puede afectar el resultado de los trabajos. Un ejemplo de ello, es la insistencia de algunos en apurar o no respetar el tiempo de calentamiento y de enfriamiento para una correcta soldadura.
Algunos operadores no solo no respetan estos tiempos por el apuro de cumplir con los plazos, sino que además, para acelerar el proceso de enfriamiento, utilizan agua, solventes o corrientes de aire, corriendo el riesgo de que la soldadura se cristalice y se rompa.
Ambos procesos, el calentamiento y el enfriamiento, son fundamentales para el éxito de la unión. Una vez transcurrido el tiempo de calentamiento de las superficies a soldar, se retira lo más rápido posible y de manera uniforme el termoelemento, sin tocar el material blando, para luego revisar que los extremos de los tubos tengan una fusión uniforme. Una vez que corroboremos esto, juntamos los extremos de los tubos aplicando la fuerza por un tiempo determinado (ambos parámetros los entrega la tabla de soldadura según el diámetro y espesor de la tubería). Esto se mantiene hasta que la soldadura se haya enfriado correctamente y de forma espontánea. Respetando debidamente este proceso, ya vamos por un buen camino para obtener los resultados esperados.
Pasado el tiempo de enfriamiento, la presión baja a cero y se sueltan las mordazas que afianzan la tubería a la máquina. En caso de no cumplir con esta condición, veremos de inmediato desperfectos en la unión o pequeñas grietas.
Los tiempos de enfriamiento para una unión bien hecha, no son al azar, sino que vienen debidamente recomendados por el fabricante y especificados en la tabla de soldadura.
Por ello, nunca y bajo ninguna circunstancia, acelere el proceso de enfriamiento con alguna de las técnicas ya señaladas, ni tampoco disminuya el tiempo necesario para retirar el equipo. Las consecuencias pueden retrasar considerablemente su trabajo.