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Cómo reducir el escape de peces en la acuicultura usando mallas HopeNet

La principal fuente de pescado para consumo humano a nivel mundial proviene de la acuicultura. A pesar de ser un arte que se remonta a tiempos antiguos, comenzó a cobrar mayor protagonismo a partir de los años 60, como una alternativa para subsanar la falta de alimento proveniente del mar, en vista de que a futuro la pesca tradicional no garantizaría cubrir la demanda.

Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura),  la cantidad de proteínas obtenidas de la pesca tradicional va en descenso, mientras que la acuicultura marina gana terreno. Para el 2019 el consumo de pescado per cápita fue de 20.5 kilogramos, de los cuales la acuicultura aporta 11.2 kilogramos. Esto significa que la acuicultura aporta el 50% de los pescados y mariscos que consumimos.

En este sentido Chile ocupa el segundo lugar  como mayor productor de peces, cubriendo casi un 30% de la cuota de mercado mundial en 2019, con más de 900.000 toneladas.

Un insumo fundamental

Para la acuicultura marina las mallas son esenciales, ya que estas permiten el confinamiento de los peces para su engorde y producción. Sin embargo, las que se usan comúnmente presentan problemas como:

  • Mayor probabilidad a sufrir roturas, permitiendo el escape por goteo de peces.

  • Son mayormente propensas a sufrir daños estructurales provocados por tempestades, fuerte oleaje y corrientes, facilitando el escape masivo de peces.

  • No ofrece una protección 100% efectiva contra ataque de depredadores como los lobos marinos, que rompen las mallas y entran a la jaula, devorando los peces.

  • Crecimiento del biofouling (acumulación de microorganismos) alrededor de la malla, lo que disminuye la oxigenación para los peces.

  • Requiere de tratamiento con sustancias químicas (antiincrustante) y limpieza regular.

Todo esto genera aumento de costos operativos y reducción en la producción, lo que se traduce en perdidas.

Nuevas fórmulas en la elaboración de redes

En vista de la demanda del mercado acuícola, de contar con redes más robustas para evitar el escape de peces, que sean capaces de soportar condiciones difíciles, con mayor vida útil y menos mantenimiento, nace HOPENET. Una red sumergible fabricada con monofilamentos de PET (tereftalato de polietileno), por la empresa china, Ningbo Hope Net Marine Sci-Tech Co. Ltd, dedicada al sistema de redes de acuicultura.

HOPENET posee algunas características claves:

  • Mayor resistencia al desgaste, teniendo vida útil estimada mayor a 20 años (dependiendo de la zona geográfica).

  • Resistencia a las mordeduras de depredadores, ya que no de desenreda.

  • Reduce 3 veces la carga de trabajo de limpieza, reduciendo el tiempo de inoperatividad.

  • Reduce la bioincrustación, permitiendo mayor flujo de agua y oxigenación.

  • Estructura semirrígida apenas deformable, resistente a la fuerza del océano.

  • Reduce el riesgo escape de peces, incluso si está dañada no se desenreda.

  • Fácil de manejar, pueden pasar años sin sacarse del agua para limpieza. No absorbe agua por lo que la hace fácil y segura de manejar incluso estando mojada.

  • Amigable con el medio ambiente, no se pudre ni se oxida, es reciclable y no requiere de pinturas químicas antiincrustantes.

Todo esto, favorece el aumento en la producción de peces y disminución de costos operativos.

Si necesitas asesoría o información sobre nuestros productos escríbenos a ventas@rpichile.cl

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